J2 (2011/12): Lerinés 3 - 3 Ribaforada

Partido agridulce para los rojillos en Lerín. Tras jugar un gran partido, la expedición rojilla regresó a casa con cara de pocos amigos al ver como se habían dejado dos puntos de una manera tan inexplicable. Nada hacía presagiar lo que iba a suceder pues los rojillos dominaron el encuentro casi en su totalidad y Josi volvía a demostrar su acierto rematador con tres golazos. Hasta que, como en ocasiones sucede -sobre todo en esta categoría-, pasan extraños sucesos. El Ribaforada salió feliz tras el descanso: dominaba y ganaba, más aún cuando Josi volvía a poner tierra de por medio ante un rival medio desquiciado. Tras una cierta relajación defensiva, a balón parado llegó el gol local que acortaba distancias. Algo que nunca debió suceder a tenor de lo que ocurriría en las postrimerías del encuentro. Primero la lesión de Carlos Carrera, que tras cinco minutos sobre el césped, tuvo que ser sustituido con una brecha en la cabeza y luego el famoso barullo en el área ocasionado por un Lerinés buscando a la desesperada el gol. El desorden hizo que el balón se dirigiera hacia el cuerpo de Alejandro Rodríguez que se encontraba defendiendo su área. Sí, parece ser que le dió con la mano pero de forma sutíl e involuntaria ya que la llevaba pegada al cuerpo. Se mascó la tragedia. El colegiado, muy casero durante todo el encuentro, marcó la pena máxima sin dudarlo. El jóven Sánchez, de diecisiete años se hizo con la bola y transformó el penalti con mucha sangre fria. Pese a las tablas en el marcador, que es un gran resultado fuera de casa, los rojillos salieron noqueados del terreno. No comprendían como habían podido dejar escapar los tres puntos. Pese a todo, hay que levantar la moral pues de los errores es de dónde se aprende.

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