ERRE QUE ERRE
Nueva decepción del C.D. Ribaforada en casa que le acerca peligrosamente a los puestos de descenso. La mala noticia no fue una vez más el resultado ni la imagen sino la insistencia en no querer abandonar un tortuoso camino lleno de peligros en el que nos estamos perdiendo. Sobre el juego, toda las tónicas habituales. Nunca se llega a entrar del todo en el comienzo de los partidos. Se gasta más energía en luchar contra las supuestas adversidades que nos someten que en jugar el cuero, lo que nos lleva a encajar demasiados goles en los primeros compases del encuentro. Luego, llevados por las prisas y la sobre-excitación, el enemigo volvemos a ser nosotros mismos. Este bucle que parece no tener fin nos ha hecho salir una vez más, y van unas cuantas, con más de media docena de tarjetas del terreno de juego. Lo triste es que sólo unas pocas se refieren al juego brusco desplegado, la mayoría -por no decir todas- se cometen con la lengua. De nada parece que hayan servido las reuniones de toda la semana en el vestuario, en las que además de un cambio de actitud también se llegó a acordar un cambio de comportamiento. Esta es la situación más preocupante, luego podremos hablar de los árbitros o velas negras, pero primero hay que salir al campo orgullosos de un escudo que ha bordado su silueta entorno a la lucha por tratar bien al balón, al juez y al contrario.
Imágenes del partido |
En la segunda parte, con un tanto en contra y un jugador menos, el equipo se vino arriba llegando a realizar un fútbol impreciso pero incisivo y altamente emocionante. La afición se vino arriba y las líneas de las demarcaciones con ella. Entonces, nuevo jarro de agua fría cuando el conjunto charrín no desaprovechó un grave error defensivo. Ellos tenían dinamita arriba y una zaga muy cerrada y ordenada. Además, se notó su escuela, pues en todo momento supieron jugar con el reloj. El gol no podía venir por abajo y por arriba los rojillos vienen mostrándose muy débiles. Sólo una genialidad podía hacer creer en la remontada. Y así fue, un golazo de vaselina de Josué consiguió que la grada volviera a soñar con sacar algo positivo. Atención cuando este chico toque la pelota en el área, espectáculo asegurado. A partir de aquí nada más positivo que contar. Pablo, que estuvo muy contemporizador durante todo el encuentro, lo intentó desde fuera sin éxito. También se jugó la opción de las bandas, pero los laterales cerraron muy bien las acometidas. Josué volvió a protagonizar la última oportunidad; el balón se fue largo y el portero lo arrolló en el área. Pese a las protestas, nada más. Nueva derrota de los rojillos en casa y mucho que corregir, sobre todo la lamentable estampa de protestas vivida tras el pitido final. Volvemos a decir que el problema no es tanto futbolístico como de disposición.
1 comentarios :
Muy buena cronica, esperemos que la siguiente pueda ser con una victoria
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